Nunca supe mantener las situaciones bajo control y esto no va a ser una excepción, no se trata de cualquier situación, si no de algo más fuerte, algo capaz de derrotarme... toda clase de pensamientos revoloteando en mi cabeza, como las mariposas en mi estomago.
Tengo varias posibilidades, una de ellas es dejarlos volar, dejar que las palabras fluyan y me arruinen la existencia, otra callarme, tragarme mi carácter y guardarme mis ideales en el bolsillo.
Tras largos minutos deliberando es hora de anunciar el veredicto, voy a ser yo misma, a pensar y a actuar como cualquier adolescente de quince años, pero como nunca me gustó ser como los demás, todo esto lo acompaño de una personalidad arrolladora, una sonrisa dulce y unos bonitos ojos verdes.
¿Perdona?, ¿me hablas a mí? Lo siento, mi propio ego me absorbe, vuelve más tarde con mi corona de princesa y tal vez, te dedique un par de minutos de mi maravillosa vida.
P.D: Cuida tus palabras y tira de tu ego cuando el cuerpo te lo pida.
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