miércoles, 15 de diciembre de 2010

No eran Skaters, pero los amaban.

Ellas nunca se habían subido a una tabla, ni tenían la intención de hacerlo, eran de huesos frágiles, y odiaban las cicatrices. Se pasaban horas y horas sentadas en el mismo banco, lloviera o nevara ellas estaban allí esperando a que los chicos bajaran con sus skates y las alegraran cada deprimente día del año.

¿Estudiar? No, eso no iba con ellas, eran dos caras bonitas, cada cual con una sonrisa más deslumbrante, una de ellas con una larga melena rubia y la otra con una revuelta pero brillante melena color chocolate.
Pero no siempre una cara bonita, es el reflejo de la ignorancia.


Att: Shines

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